El río Amazonas atraviesa una de las peores sequías registradas en las últimas décadas, afectando no solo a la fauna y flora de la región, sino también a las actividades humanas básicas. Aunque es habitual que el río experimente descensos en su nivel durante la temporada de estiaje, la situación actual va más allá de lo esperado.
Anteriores sequías importantes, como las de 1995, 1998, 2005 y 2010, coincidieron con transiciones entre los fenómenos de El Niño y La Niña, lo que también parece ser el caso ahora.
El valor histórico de estiaje del Amazonas en la estación ENAPU de Iquitos fue de 105.38 m.s.n.m. en octubre de 2010. Hoy, los niveles están descendiendo rápidamente, alcanzando 105.79 m.s.n.m., solo 41 cm por encima de este mínimo histórico.
Consecuencias de la sequía en el Río Amazonas
Según el ingeniero Marco Paredes, director zonal del Senamhi en Loreto, el nivel baja entre 5 y 8 cm por día, lo que indica que la situación podría empeorar en poco tiempo.
La sequía ha causado estragos en el transporte fluvial, la principal vía de comunicación en la región. Las embarcaciones quedan varadas, lo que afecta el suministro de productos esenciales como combustible y alimentos. Esta interrupción también podría generar cortes de luz y aumentar los precios de productos básicos.
Además, la exposición de basura por el bajo nivel del río crea focos infecciosos, lo que agrava los problemas de salud pública.
Sumado a esto, el calor extremo y los incendios forestales complican aún más el panorama. Las temperaturas en Iquitos alcanzan los 37°C, con una sensación térmica de 45°C, mientras que los incendios forestales en la región ya han dejado 10 víctimas mortales este año.